miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los nombres de mi árbol

Diciembre 2016. Hace más de 3 años que no actualizo estas miradas caleidoscópicas. No valen excusas. La vida y las redes sociales me atraparon. La escritura de medio y largo aliento quedaron rezagadas. Hoy fue distinto. Hoy amanecí con la sensación de querer compartir alguna mirada.

Mi esposo es cubano y una de las cosas que más me gustó de Cuba fue pasar las celebraciones de final de año en la isla. Compartí tres finales de año con los cubanos y lo mejor fue la austeridad y lo rutinario de las celebraciones. No lucecitas. No nacimientos. No carreras y aglomeraciones comprando regalos. Viví esos "cambio de año" como si fueran un día más.

Vivo en Estados Unidos desde 2009 y, desde luego, la presión de las fiestas es innegable. Hasta 2013 resistimos con bastante dignidad esa presión, pero en esos años llegó Camila, nuestra hija. Los amigos, compañeros de trabajo y vecinos nos recuerdan cada día las ilusiones que le estamos quitando a Camila si no celebramos como la mayoría hace.  Para ser justos, tengo que reconocer que yo, de niña, sí esperaba estos días con mucha ilusión. En algún momento la universidad, las lecturas, el pensamiento crítico, Cuba, el hambre y la guerra en el mundo, no sé, en algún momento estas celebraciones de final de año me parecieron superficiales y dejaron de emocionarme.

Mi hija, en su lengua mitad inglés mitad español, empezó a preguntar: "Dónde es December? Porque yo quiero my christmas tree!" Y pues, la nostalgia, los años, las ganas de estar rodeada de mi gente querida en este país tan ingrato con las raíces, hicieron que armara nuestro arbolito de navidad.

Acá está. Es una pequeña mata de romero del que cuelgan los nombres que me arropan e invoco para recordarme que no estoy sola, que tengo comunidad, que vengo de un camino cargado de afectos y complicidades.

En estas fiestas de final de año solo deseo que la solidaridad y las ganas de construir comunidad nunca mueran, aunque a veces no compartamos con todos las mismas ilusiones. Solo quiero que mi hija sepa que aunque en este país nuestra familia es pequeña, sus raíces son largas, cruzan continentes y océanos y nuestra historia familiar estará enlazada por siempre con muchas historias colectivas.

Solidarias y acompañadas fiestas para todos!






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